Los chinantecos son un pueblo originario de México que viven
en el Estado de Oaxaca. Actualmente conservan su cultura y su economía.
El origen del pueblo chinanteco se remonta a algunas de las
poblaciones que habitaban el territorio nacional antes de la llegada de los
españoles a México. Los chinantecos se denominan a sí mismos "tsa ju
jmí", que significa "gente de palabra antigua", con lengua
perteneciente al grupo Otomangue, aunque cada pueblo posee un apelativo propio
que va precedido de la palabra "tsa", "dsa" o
"alla", que significa gente. Se reconocen como pobladores de la
Chinantla.
Los especialistas señalan que no existe una sola lengua
chinanteca, sino varias: chinanteco de Ojitlán, chinanteco de Usila, chinanteco
de Quiotepec, chinanteco de Yolox, chinanteco de Sochiapan o
"jaujami", chinanteco de Palantla, chinanteco de Valle Nacional,
chinanteco de Lalana, chinanteco de Latani y chinanteco de Petlapa. Son idiomas
tonales que forman una familia derivada del tronco otomangue.
Una artesanía típica que elaboran las mujeres es la
confección y bordado de los huipiles. La tarea de conseguir la materia prima
corresponde a toda la familia. El proceso de hilado y madejado se hace con
malacate y con espejes, respectivamente. Ya preparado el hilo, la actividad
corresponde exclusivamente a las mujeres. También hacen manteles y servilletas
para su comercialización.
Las principales fiestas que se celebran en la Chinantla son
las ligadas a la penetración europea durante la Conquista y Colonia: la Semana
Santa, Todos Santos y las fiestas del santo patrono de cada uno de los pueblos.
Antecedentes históricos
Hacia el año 999, el rey Quiana fundó un gran señorío en la
Chinantla; algunos conflictos internos dividieron a la población y con posterioridad
se establecieron los señoríos de la Chinantla Baja y la Chinantla Pichinche,
con sede en Yolox en tierras altas; 300 años después, esta última se dividió y
parte de su población se desplazó a Usila, y estableció ahí otro señorío.
Alrededor de1455, los mexicas se establecieron en Tochtepec (Tuxtepec) y
dominaron desde allí a mazatecos, cuicatecos, chinantecos y popolocas.
Al llegar los conquistadores se establecieron en Tuxtepec; los chinantecos se aliaron con ellos para acabar con el dominio azteca. Hacia 1530 los chinantecos de Usila se levantaron contra los españoles.
Al llegar los conquistadores se establecieron en Tuxtepec; los chinantecos se aliaron con ellos para acabar con el dominio azteca. Hacia 1530 los chinantecos de Usila se levantaron contra los españoles.
Por su cercanía con Veracruz y debido a la calidad de sus
tierras, esta región se convirtió en una de las zonas agrícolas más importantes
de la Nueva España.
En el Porfiriato, algunos poblados mestizos de la región
fueron dotados con servicios; la alianza entre los grupos regionales
hegemónicos y la dictadura afectaron a las regiones indígenas. Para 1910, en
las haciendas amparadas por las Leyes de Reforma se cultivaba tabaco, cacao y
café.
En Valle Nacional se establecieron muchos extranjeros atraídos por las
facilidades para adquirir tierras. Las plantaciones se convirtieron en campos
de trabajo forzado como castigo para los rebeldes y enemigos políticos del
régimen.
Durante los años 1920 y 1930, la Chinantla Baja recibió un
fuerte impulso económico agrícola con el cultivo de tabaco y plátano. La
Standard Fruit y la United Fruit establecieron su dominio en la zona y los
chinantecos se convirtieron en peones en su propio territorio.
En 1941, la
Reforma Agraria redistribuyó las tierras y las compañías extranjeras tuvieron
que abandonar la zona. El cultivo del tabaco y del plátano quedó en manos de
pequeños y medianos propietarios; no obstante, la comercialización continúa en
manos extranjeras o mestizas.
Entre 1940 y 1970, la Chinantla Baja se vio afectada por
proyectos de desarrollo regional: la construcción de presas destinadas a generar
electricidad.
Entre 1949 y 1955 se construye la presa Miguel Alemán, que afectó
a comunidades mazatecas, y en 1972 da inicio la construcción de la presa Cerro
de Oro, que inundó más de 26 mil hectáreas fértiles, afectando a 300 familias
chinantecas que fueron reubicadas en otras zonas de Oaxaca y en el sureste de
Veracruz.
Su reacomodo significó un proceso de dispersión de las antiguas
comunidades y el consiguiente desmembramiento de extensas redes de parentesco.
La pérdida del hábitat tradicional conllevó una aguda fragmentación de su
cultura nativa.
Religión
La cosmogonía es parte esencial de su religión y de sus
creencias. Esta queda reflejada en los huipiles de lujo de las mujeres
chinantecas. s la de una totalidad integrada por elementos que se oponen y
complementan.
Así, el mito del sol y la luna explica la oposición de dos mundos
que cristalizan en el día y la noche, y diferencian lo humano de lo animal, así
como lo bueno de lo malo. De esta manera, el conocimiento lleva la dualidad
como base: el alma y el cuerpo son diferentes, la primera reside en el corazón,
y luego de la muerte es transportada al otro lado de los mares por un gran
perro negro o por una araña.
Los seres sobrenaturales que rodean al pueblo
chinanteco pueden ser positivos o negativos. Unos causan males y los otros son
protectores, para esto se valen de personas (brujos o curanderos). Los patrones
de clasificación del entorno chinanteco son una muestra de su cosmovisión.
Lengua
La lengua chinanteca está conformada por muchos dialectos
de: Ojitlán, Usila, Quiotepec, Yolox, Sochiapan, Palantla, Valle Nacional,
Lelana, Latania y de Petlapa; todos estos también reciben el nombre de
"lenguas chinantecas". Estas lenguas son tonales; el tono de la
palabra transforma lo que significa.
La mayor parte de las raíces de las
lenguas chinantecas son monosilábicos y rara vez terminan en consonante, los
préstamos del español son reducidos a una o dos sílabas, se elimina la
consonante final, si los hay, y son sujetos a cambios tonales comunes de estas
lenguas.
Las lenguas chinanteques se derivan de la familia lingüística
otomangues. Los hablantes de chinanteco se hallan distribuidos principalmente
en 17 municipios, repartidos en cinco distritos oaxaqueños. Esta lengua ha sido
dividida en cinco macro variantes dialectales, que coinciden con su división
geográfico-territorial.
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