Las danzas y bailes típicos de Oaxaca tienen sus raíces en
las tradiciones indígenas previas a la llegada de los españoles. A estas se le
agregaron elementos europeos, del catolicismo y de los negros que participaron
en los acontecimientos históricos de la región.
Oaxaca es uno de los 32 estados que conforman México. Es el
estado que alberga mayor diversidad étnica y lingüística. Conviven más de
dieciséis grupos étnicos, entre ellos los mixtecas, zapotecos y afromexicanos. Esta composición multicultural hace que la música y la danza
estén estrechamente vinculadas al patrimonio folclórico del estado.
La danza de la pluma
Es la más conocida de las danzas de conquistas mexicanas
gracias a su vitalidad, difusión y característica coreografía.
Los danzantes saltan al ritmo de la música. Gracias a las
plumas que llevan en la vestimenta se asemejan visualmente a aves de hermoso
plumaje. Los pasos coreográficos son parecidos a otras danzas indígenas de
Oaxaca.
Por un lado, un grupo de danzantes representa a los
indígenas, encabezados por Moctezuma.
La vestimenta es de camisa holgada, calzones blancos con
varias franjas de diferentes colores, capa con dibujos bordados y llevan sobre
la cabeza plumas de vivos colores. Sostienen un cetro de madera y unas sonajas con las que
sincronizan el ritmo de la música y el movimiento de los pasos.
Por otro lado, se encuentra el bando de los soldados
españoles, encabezados por Hernán Cortés.
Danza de las mascaritas
Esta danza comprende coreografías de por lo menos ocho
parejas de hombres y mujeres, y la interpretación se ejecuta con máscaras.
El hombre se viste con saco y machete, y la mujer lleva
rebozo. Durante la danza la pareja principal ejecuta sus movimientos alrededor
de las demás. La peculiaridad consiste en que originalmente todos los
personajes eran interpretados únicamente por varones.
El baile se musicaliza con varios instrumentos como el
violín, la armónica, el banjo, la guitarra, la batería, el saxofón, el trombón
y la trompeta.
Se suele realizar en las fiestas de carnaval y en las
fiestas patronales y tradicionales de Santa María Huazolotitlán.
Danza de los tejorones
En este baile los danzantes se cubren con máscaras y
vestidos hechos con láminas de latón que imitan al oro.
Se enfrentan a otros personajes, generalmente el tigre, la
vaca, el perro y la María, mujer de los tejorones. Se visten con ropas gastadas
y plumas de gallo en la cabeza.
Los danzantes tejorones van llegando al centro del pueblo
mientras el público hace un círculo alrededor de ellos. Los danzantes hacen bromas y comentarios al público, que a
su vez responde y anima aún más el juego.
Los tejorones llevan sonajas, escopetas, machete, pistola y
lazo. Esta danza es representada principalmente en época de carnaval.
Danza de los diablos
La danza de los diablos surge en la época colonial, cuando
se empleaba la mano de obra de esclavos negros.
Esta danza era un ritual dedicado al dios negro Ruja, en el
que los danzantes le pedían que les ayudara para liberarse de las duras
condiciones de trabajo.
Hoy en día la danza venera a los muertos, por lo cual se
baila el 1 y 2 de noviembre, días de todos los santos y de los fieles difuntos.
Los danzantes se visten de diablos y van acompañados de su
jefe y de la minga (mujer callejera).
Visten ropas gastadas y rotas, y máscaras de madera con pelo de crin y cola de caballo que simula barba.
Visten ropas gastadas y rotas, y máscaras de madera con pelo de crin y cola de caballo que simula barba.
El baile es rápido y violento. En ocasiones los danzantes se
agachan para después pararse súbitamente y volver a agacharse. Se realizan
giros y se zapatea con fuerza al ritmo de la música.
Las chilenas
Este género de baile se diferencia de las demás danzas ya
que tiene grandes influencias de los grupos negros e indígenas de la región. Es
una danza mestiza.
El estilo de la música cambia considerablemente de pueblo en
pueblo. En cuanto al baile, cada lugar tiene su característica local.
Algunos bailan con pañuelo y otros no; unos hacen la vuelta
hacia un lado, mientras que otros la hacen hacia el opuesto; hay danzantes que
zapatean con fuerza y otros suavemente.
El baile se acompaña de música chilena ejecutada con violín,
guitarra, cajón y arpa.