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Folclore de Tabasco


Las danzas y bailes típicos de Tabasco tienen su origen hace unos 3500 años, con las costumbres de los primeros habitantes del territorio: los olmecas y los mayas. En Tabasco siguen vigentes las tradiciones de estas tribus.

Durante la conquista los misioneros católicos incluyeron referencias cristianas en las canciones de los chontales, en un intento de facilitar su conversión. Sin embargo, algunas de las danzas pudieron conservarse en su forma original.


Estos bailes de son caribeño se hacen al ritmo de ensambles de flautas y tambores tocados por los tamborileros.

Aunque es improbable que los ritmos actuales mantengan el sonido original de hace miles de años, siguen siendo una representación válida de la cultura aborigen.


Danza del baila viejo

Esta danza es antigua y venerada. Los originarios la usaban para dar gracias a sus dioses y pedir por la paz de sus difuntos.

La danza del baila viejo fue modificada por los misioneros para que se convirtiera en un homenaje hacia los santos católicos.


En la antigüedad los danzarines debían ser hombres jóvenes vírgenes, y se ejecutaba al inicio de la temporada de siembra.

Es un baile reverencial, no de celebración. Mientras se baila se guarda silencio absoluto, a excepción de la música.


El ritual inicia cuando los 2 o 4 bailarines se ubican frente a los altares de los santos. Se visten con máscaras de madera que asemejan facciones de viejos con cabellos largos. Llevan en la mano izquierda un abanico y en la derecha una sonaja.

Los bailarines giran al son de las piezas, mientras suenan la sonaja y abanican hacia al santo cuando pasan frente a este.

Hay varios sones que componen la música de esta danza. Son estos sones los que indican la etapa del ritual en la que están. Originalmente se danzaba durante toda la noche.



Danza del caballo y el gigante

Esta es una de las danzas que sufrió más modificación debido a los intentos de evangelización de los misioneros españoles.                                                                     

Actualmente apenas quedan rastros de la danza original. Más que una danza ritualista es de corte teatral, y se ejecuta en homenaje al apóstol Santiago.


El encargado de interpretar a Santiago va montando un muñeco que simula ser un caballo blanco, y va acompañado del resto de los bailarines.

Juntos recolectan las ofrendas preparadas por los vecinos con anterioridad y las llevan hasta la iglesia, dejándolas en la entrada.

El ritual finaliza con la entrega de las ofrendas al altar de la Virgen de La Asunción, mientras Santiago y los bailarines dan vueltas alrededor del templo.



Danza de los blanquitos

Los originarios bailaban esta danza como un ritual de agradecimiento a sus dioses, a la vez que era una petición de cosechas abundantes para la temporada. Los indios se disfrazaban de jaguares pintándose de blanco con manchas negras.

Durante la colonización la danza fue adoptada por un negro de nombre José Pérez. Este esclavo le dio una resignificación, convirtiéndola en una forma de venganza simbólica hacia los colonizadores blancos.



Danza de la pesca de la sardina

En la tradición antigua, este es un ritual que se hace justo antes de la pesca para bendecir los frutos.

Se realiza en Villa Luz, en la Cueva de Azufre, donde las sardinas son abundantes. Durante la cristianización se modificó para ser celebrada durante la cuaresma.

Para su realización los pescadores son guiados por un «viejo» o «mayordomo» hasta la entrada de la cueva.

Al llegar a esta se organizan en círculo, con el guía en el centro. Hincándose de rodillas el viejo realiza una oración en la que le pide al viejo de la cueva una pesca abundante. La danza inicia justo después de la oración.

Durante la danza se lanzan flores y ofrendas dentro de la cueva. Entre las ofrendas se lanza un preparado que sirve como carnada.

Este preparado adormece los peces y de esta forma la pesca se facilita. La pesca resultante se come con guisos preparados para homenajear y agradecer a los dadores de la bendición del alimento.



Danza de David y Goliat

Esta es otra de las danzas cuyos orígenes ritualistas se han desvanecido casi por completo debido a la cristianización.

Los misioneros convirtieron una danza dedicada como ofrenda a los dioses en una obra de tres actos que narra la historia bíblica del enfrentamiento entre David y Goliat.

Es una representación teatral que incluye diálogos entre los personajes principales. Es básicamente en una batalla hablada en la que ambos alegan por la superioridad de sus motivos.


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